Las innovaciones de Jesús como organizador y líder no han sido tomadas en cuenta por la mayoría de los cristianos y los investigadores de las ciencias sociales. Por lo general, sus éxitos fueron atribuidos injustamente al Señor, o (hecho más injusto) a sus discípulos. Fue un individuo que ideó por sí solo la estrategia de una organización que derrocó al Imperio Romano y que conservó un poder absoluto sobre el populacho del mundo occidental durante muchos cientos de años.
Líderes populistas –aunque con discursos diametralmente opuestos y hasta perversos- tales como Lenin y Trotsky en Rusia, Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, Mao Tse-tung y Ho Chi-min en Asia, Castro en Cuba y líderes del poder negro como Elijah Mohamed en EE.UU.; deben a Jesús mucho más de lo que estarían dispuestos a reconocer, en principio, una innovación fundamental: la idea de luchar por el poder organizado a los desposeídos y a los pobres. La ideología de los líderes de los movimientos masivos contemporáneos difiere en ciertos aspectos de la de Jesús, pero creo que su estrategia fundamental no surge espontáneamente en nuestra época sino que fue creada por él.
Se enfrentó a la tarea de formar un movimiento y constituirse en un líder religioso de un pueblo que ya estaba ligado a una institución religiosa. Los conservadores romanos, deseosos de conservar una colonia pacífica, exterminaban sin piedad a los revolucionarios.
Jesús, usó con habilidad las fuerzas disponibles. El pueblo estaba descontento. No solo reinaban la pobreza y la opresión. También la mitología de la época favorecía a Jesús. Circulaba un mito persistente sobre un Señor o un Mesías que con su llegada aliviaría mágicamente todas las dificultades, haciendo desaparecer la miseria y acabando con todos los enemigos. Jesús adoptó una conducta tradicional y habló por todo el país, en las sinagogas y en los campos, donde quiera que lo escuchasen. Durante toda su vida pública Jesús se las ingenió para despertar atención como autoridad que aportaba ideas nuevas al mismo tiempo que presentaba lo que decía como ortodoxia estricta.
Su herencia cultural le otorgó una oportunidad única para convertirse en una autoridad. A través de su carrera, Jesús atacó a los líderes en forma hábil y sistemática, centrando su ataque en la doctrina religiosa ya existente. Para darse a conocer y atraer adeptos Jesús no sólo debía atraer oyentes con sus palabras sino que debía ofrecer algo que le diera fama a su nombre en todo el país. Lo logró creándose una reputación de curador. No sabemos si Jesús podría curar realmente, pero su actuación como curador demuestra validad para hallar la manera de hacerse famoso de inmediato, particularmente en una época donde la medicina era ineficaz. No se jactaba de sus curas, evitando así las resistencias y las investigaciones; en cambio instaba a sus pacientes a guardar el secreto.
Si un hombre desea que se lo considere igual o superior a un oponente poderoso, puede hacerle audaces ataques personales, cuanto mas audaz sea el ataque más conocido será el atacante, siempre que le hecho trascienda ampliamente. Jesús no sólo agredió verbalmente a los líderes religiosos establecidos sino que además ataco físicamente a la jerarquía religiosa cunado castigó a los mercaderes en el templo.
Si bien utilizó la tradición profética, los métodos de Jesús diferían marcadamente de los tradicionales. Jesús comenzó su carrera pública eligiendo hombres dispuesto unírseles. Era evidentemente que estaba empeñado en la tarea de formar una organización, siendo uno de sus principios actos la elección de un conjunto de hombres capaces de reclutar a otros. Jesús reclutó gente de los estratos más bajos de la población. Parece que las promesas no solo se referían a lo que obtendrían por escucharlo como aun maestro: también incluían cuando él llegases al poder.
Jesús entrenó a sus discípulos, pero como cualquier líder que se aprecie de serlo se las ingenió para que ninguno lo sobrepasara. Los mantuvo a distancia criticando su torpeza por no comprender sus parábolas, su incapacidad para curar y los celos que mostraban en su empeño por ser el favorito y ocupar el más alto rango cuando llegara al éxito.
Es posible suponer que Jesús no buscaba el poder político ya que en ningún momento intentó lograr una posición dentro de la jerarquía religiosa. Jesús fue el primer líder que presentó un programa para reunir adeptos entre los desposeídos y los pobres. La base de su táctica consistía en afirmar que los pobres merecían el poder más que ningún otro grupo social.
Las promesas de Jesús a los pobres fueron utilizadas como modelo por los líderes de movimientos masivos posteriores. Prometió a sus seguidores un paraíso en algún vago futuro.
De acuerdo con nuestro empleo de concepto, una persona adquiere “poder” cuando tiene la posibilidad de determinar lo que ocurrirá. Cuando Jesús aconsejó a sus seguidores esperar su recompensa en el cielo, combinó es promesa con la amenaza de que podrían quemarse en el infierno. No les prometía el cielo como una manera de persuadir a los pobres a aceptar su miseria sino para convencerlos de que lograrían el cielo si lo seguían y se oponían al gobierno; de otro modo estarían perdidos.
En esa época podría lograr levantamientos esporádicos, pero era inútil intentar un ataque organizado contra el ejercicio romano, como lo demostraban las ejecuciones que tienen lugar periódicamente. Ante esta situación, Jesús desarrollo la táctica del vencido, procedimiento que ha sido utilizado ampliamente desde entonces por los desposeídos frente a los invencibles.
Entre las variadas tácticas utilizadas por los animales en esta pugna, la más relevante para un estudio sobre Jesús es la “táctica del vencido”, utilizada por algunas bestias del campo. Jesús decía: “Al que te hiere en una mejilla ofrécele la otra”, no se le devuelve la mejilla al enemigo para que vuelva a golpear sino para imposibilitarlo de hacerlo.
Las tácticas del vencido, el presentar la otra mejilla, tiene también sus riesgos. Da la impresión de ser una táctica que, si no es ganadora, provoca una exterminación asesina, como la aprendieron los primeros cristianos (Y se ven hoy en día en diferentes pugnas por el poder en África, Medio Oriente y hace algunas décadas en América Latina).
Los actos de Jesús forzaron seguramente a los sacerdotes a tomar medidas contra él y los romanos deben haberse visto en tomar dificultades para ejecutarlo legalmente ya que no había infringido la ley.
Actualmente es imposible lograr poder sobre las masas sin utilizar las estrategias de Jesús. Ningún otro líder ha recibido tanta publicidad, ni las declaraciones y actos de ningún otro se han convertido en tan importantes partes del pensamiento de los hombres que comprendieron una cruzada.
Si hubiera un mausoleo que honrara a quienes dirigieron grandes luchas por el poder, el primer lugar le pertenecería, sin lugar a dudad, a Jesús.
*Resumen de las Ideas principales del Ensayo "Las tácticas de poder de Jesucristo" de Jay Haley.
